Xilotecas, libros en madera

Coleccionistas hay de todo y en todo el mundo. Los seres humanos tenemos una rara condición de querer coleccionar las cosas más insospechadas; sin embargo, hay colececciones a las que quizás nunca le hayamos prestado atención pero cuya utilidad está probada. Es lo que ocurre con las xilotecas, bibliotecas en las que lo que se almacena son maderas de todo tipo.

Libros de madera Xyloteca

¿Para qué? os preguntaréis. En primer lugar, tenéis que saber que prácticamente todos los países tienen una xiloteca oficial en la que se guarda una muestra de la flora del propio país y de la de otros muchos. Desde el punto de vista científico este tipo de librerías permite conocer el valor económico, físico y químico de cada muestra de madera almacenada, de modo que sirvan de materia de estudio en cuanto a sus características de durabilidad, conservación y cualquier otra propiedad inherente a la misma. Museos, escuelas y empresas madereras se basan en los conocimientos que se tienen de estas maderas y de los estudios realizados en estas xilotecas.

La mayor xiloteca privada de España es la de Manuel Soler que mantiene en Denia, Alicante, con más de 3.000 muestras. Sin embargo, y a pesar de su importancia, está lejos de las que mantienen en otros países, como la Samuel James Record Memorial Collection sita en la Universidad de Yale en New Haven en Estados Unidos, que consta de unas 60.000 muestras. Tras ella está la del Museo Real de Africa Central en Tervuren, Bélgica, con más de 57.000 especímenes.

La primera de la que se tiene constancia es del año 1805 y se creó en Alemania, pero quizás la más curiosa sea la de la Biblioteca de Alnarp en Suiza que tiene 217 libros hechos en madera. Estos tienen la forma de cualquier libro, con tapas y canto en madera, pero en cuyo interior no hay hojas, sino que se guardan las muestras correspondientes de arboles y arbustos.

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