Las sondas espaciales Pioneer y sus mensajes para extraterrestres
El 2 de marzo de 1972 fue lanzada desde Cabo Cañaveral la sonda espacial Pioneer 10, y pocos meses después, el 11 de abril de 1973 despegaba su compañera la Pioneer 11. Ambas sondas eran de las primeras que enviaba la NASA como parte de su programa de exploración del espacio, y ambas tenían como misión principal la observación de los gigantes gaseosos del sistema solar, Júpiter y Saturno.
Además, ambas llevaban adosadas sendas plaquetas con un mensaje de la humanidad para que fuera vista por cualquier civilización extraterrestre que se topase con la nave.
Las placas de las Pioneer fueron ideadas por el científico Carl Sagan y dibujadas por su esposa Linda Salzman Sagan, con la intención que fueran relativamente fáciles de descifrar por una raza extraplanetaria, y que les comunicaran ciertos aspectos básicos de nuestra humanidad.
En la imagen aparecía una pareja en actitud pacífica y saludando, delante del esquema dibujado de la sonda, con lo que se quería dar a conocer el aspecto físico del hombre, su tamaño y su intención de paz. En la parte inferior se mostraba un esquema del sistema solar, con el círculo mayor en representación del Sol, y, en escala, el resto de los planetas, de los cuales, desde el tercero, es decir, la Tierra, sale la nave y pasa entre el quinto y el sexto planeta, representando el viaje real de las Pioneer.
En el centro de la imagen se veía una serie de líneas que parten de un punto. Se trataba de una especie de mapa que indicaba la ubicación de la Tierra en el Universo. El punto central era nuestro planeta, y las líneas indicaban las direcciones hacia los pulsares más significativos cercanos al sistema solar, cada uno con su indicativo en numeración binaria.
En la época que se hizo esta placa y se envió al espacio, existieron varias reacciones de diferentes grupos y por diferentes aspectos de las placas. Hubo un grupo de fanáticos religiosos que consideraron inmoral que se enviara al espacio la imagen de una pareja desnuda, porque consideraban que era pornografía. De hecho quisieron impedir que se mandara la placa al espacio exterior para que no se sintieran ofendidos las civilizaciones interplanetarias que pudieran recibir el mensaje, por lo que mandaron varias cartas a los principales diarios norteamericanos expresando su preocupación. Pero poco éxito tuvieron.
Por otro lado, se hicieron llegar copias de las placas a varios científicos del mundo para que dieran su opinión al respecto. La gran mayoría de ellos no entendió el mensaje. Y eso que corrían con la ventaja de pertenecer a este planeta, no como los posibles alienígenas que se chocaran con la sonda.
Incluso hubo algunos que consideraron peligroso mandar una placa al espacio con un mapa que indicara la posición del planeta en el espacio porque podría ser utilizada por una raza de alienígenas guerreros que quisiera para llegar hasta la Tierra e invadirla.
Las Pioneer todavía siguen hoy viajando por el espacio. Hace dos años intentaron contactarse con la sonda, pero fue un intento infructuoso. Sin embargo se sabe que la nave continúa su marcha rumbo a la estrella Aldebarán, de la constelación de Tauro, a la que arribará dentro de 1.690.000 años, hora más, hora menos.