Repaso a las predicciones para este milenio

el boson de higgs

Señores, feliz 2010. Dicho esto: qué traicionero, el tiempo. Aún ayer nos embargaba el sueño dorado y el espíritu blandengue de los 90 ante el inminente cambio de milenio. Y de repente, otra década que se nos escurre entre las manos como inaprensible agua. Cuán lejos, a nuestra espalda, queda ya la niñez.

Baudelaire recordaba los dos recursos opuestos, los dos métodos antinómicos para combatir esa losa que representa el paso del tiempo: o la reafirmación del yo y de sus admirables rutinas a través de una épica del trabajo, o la disipación de la personalidad en los mil canales del placer.

Pero Baudelaire se olvidó de una tercera posibilidad, reservada a los redactores y articulistas de las revistas de divulgación y ‘divertimento’: las divagaciones de una imaginación desbocada por los lindes de una utopía tecnocientífica. Expliquémonos.

Hace unos años nos hicimos con un buen puñado de revistas, divulgativas o divulgadas, de los 90. Entre el 94 y el 99, en concreto. Por entonces parece que este tipo de prensa vivió un boom impresionante, porque nuestra adquisición incluía varios números 1, o 2, al lado de otras ya más consolidadas.

Pues bien, al hojear esas revistas, uno descubre aquí y allá noticias y predicciones «rigurosas» sobre adelantos técnicos y científicos de las décadas del porvenir. ¿Que había, al cabo, de verdad en tales profecías? Pues…muy poco.

No vamos a dar nombres, claro, que se dice el pecado y no el pecador. Lo que sí es cierto es que todas parecen afectadas en mayor o menor medida de un exceso de optimismo. Por ejemplo, en una de las revistas de mayor difusión se anunciaba a golpe de platillo que en 2009 estaría terminada la primera construcción humana sobre la Luna: un «observatorio espacial robotizado» bajo bandera japonesa. Ejem, disimulemos…

Otro número del 97 predecía para el 2007, el comienzo del fin de ciertas enfermedades. Lo hacía soñando este titular: «Adiós al parkinson y al alzheimer«. Bingo, qué clarividencia. También de 1997 era otra noticia curiosa: para el 2005, «los físicos que trabajan desde hace años en los nuevos laboratorios de Ginebra han detectado el bosón de Higgs«. ¿Desde hace años?¿2005? El superlaboratorio ese de Ginebra ¿no está recién inaugurado? ¿No ha sido un quebradero de cabeza? ¿Y dónde está el bosón? Sigamos disimulando…

Otra revista (febrero del 96) afirma, ni corta ni perezosa, que en 2005 un tren ‘volador’ unirá Tokio con Osaka…¡a 500 km/h! Se trata de un tren de deslizamiento magnético, que levita a unos 15 centímetros del suelo. Hombre, nunca hemos estado en Japón. Pero hace apenas una semana hemos visto por doquier la noticia de la inauguración del tren más rápido del mundo. Ahora bien, se acercaba a los 350 Km/h, y no a los 500, se inauguró en China, y no en Japón, y estamos ya en 2010, y no en 2005.

En fin, la lista de predicciones que han resultado incorrectas o parciales (por decirlo suavemente) y el número de descubrimientos que se anunciaban para el 2000, o 2001, 0 2002…y que todavía no dejan de ser proyectos sobre el papel, debería servir para imponernos una premisa de cautela a la hora de encarar este tipo de revistas, sobre todo cuando se ponen a representar un papel a lo Julio Verne que les viene grande. El futuro llegará de todas las maneras así que ¿para que tanta prisa? No vaya después a decepcionarnos…

Print Friendly, PDF & Email

Tags:





1 comentario

  1. Fernanda dice:

    Pues es cierto, en los 70’s y 80’s pensaban que cuando llegaramos al Siglo XXI seríamos mas o menos como los Supersonicos

Top