Términos para «atrapar» el tiempo

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Nadie puede ver el tiempo, ni sentirlo, ni tocarlo. Pero ahí está. El tiempo es algo que ocurre, y ya está.

El hombre, en su ansia por controlar el mundo que le rodea, desde tiempos inmemoriales se ha esforzado en crear técnicas para medirlo. El concepto de «día» proviene de muy antiguo. Dura un período de luz solar seguido de un periodo de oscuridad o noche. Podríamos decir que éste es el punto de partida desde el cual el hombre comenzó a medir el tiempo.

Hoy vamos a centrarnos en el origen de los calendarios, los cuales eran los encargados de agrupar días, semanas, meses y años.

El origen del «año» fue creado por el hombre cuando éste se empezó a dar cuenta de que las estaciones eran períodos que se repetían según unas pautas fijas y cada cierto tiempo. Estaban en juego las cosechas y predecir las temporadas secas o las lluviosas, las de mal tiempo o buen tiempo, era vital para la supervivencia.

Astronómicamente, un año es el tiempo que tarda la Tierra en dar la vuelta al Sol. Un total de 365 días. Bueno, en realidad es un poco más. Por ello, cada cuatro años se añade un día extra al año para obtener un número de días cercano al número exacto.

En otras culturas, y a falta de buenos astrónomos o herramientas necesarias, usaban el conocido calendario lunar, ya que era más fácil observar la Luna todas las noches, ya que se hacía a simple vista. Sus ciclos eran de 29,5 días aproximadamente.

Precisamente del ciclo lunar viene el concepto de «mes».  Aunque los meses no constan de 29,5 días todos y cada uno de ellos, también es cierto que tampoco tienen una cantidad fija y constante. La explicación es que deben adaptarse al concepto de año y a esos 365 y algo más.

Fueron los Romanos quienes comenzaron con un calendario anual de sólo diez meses (lo copiaron de los Griegos, todo hay que decirlo). Y poco después añadieron Enero y Febrero.

Sin embargo el concepto de «semana» no tiene origen cíclico, ni estacional, ni guarda relación alguna con la  periodicidad. Su origen es bíblico, concretamente sacado del Éxodo 20:8, en el que se especifica que durante seis días se trabajará y el séptimo se descansará en  honor a Dios.

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