Animales que predicen la muerte

Aún se me ponen los pelos de punta cuando me acuerdo de aquella noticia que vi en televisión. Óscar, un gato que convivía con los ancianos en una residencia de Nueva Inglaterra, parecía tener un sexto sentido que le permitía averiguar qué pacientes iban a morir en un tiempo breve. La técnica del felino era pasearse por las habitaciones, y en aquella donde se paraba, el ocupante moría en cuestión de horas. Como era de esperar, la presencia de Óscar no siempre era bien recibida…

¿Que cómo lo hacía? Los expertos en Etología (ciencia que estudia el comportamiento animal), han ofrecido multitud de explicaciones y en lo que coinciden todos es que tiene que ver con algún tipo de olor característico que desprenden los pacientes terminales o muy enfermos, y que sólo puede ser detectado por el fino olfato animal. De hecho, los gatos y felinos en general son capaces de detectar la presencia de enfermedad tanto en humanos como en compañeros de especie.

Por ejemplo, recordemos aquella otra noticia en al que un gato atendía a otro que yacía en el suelo, enfermo y moribundo, en un aparcamiento turco. Gracias al comportamiento del animal, una mujer se dio cuenta y llevó al gato enfermo al veterinario, lo que le salvó la vida.

Las historias de animales que muestran estas extrañas e increíbles capacidades son más habituales de lo que creemos. Se sabe de perros que son capaces de detectar varios tipos de cáncer sólo con su sentido del olfato. Algunas personas que padecen epilepsia se han hecho con perros que «avisan» antes de un ataque, y así pueden tomar medidas al respecto.

Los perros poseen una increíble capacidad de detectar cualquier cambio en el olor o apariencia de sus dueños, hasta el mínimo detalle. El perro memoriza la conducta de su amo con toda precisión, y cuando ésta se altera es cuando «sabe» que algo pasa. Se dice que esta capacidad de los perros tiene su origen en la propia evolución: cuando eran lobos y vivían en manadas, necesitaban saber qué miembros podían estar enfermos o heridos, ya que de eso dependía la supervivencia del grupo.

Aunque el caso de Óscar es excepcional. Los gatos no se caracterizan precisamente por ser unos animales excesivamente sociales y altruistas. Por eso nos sorprende más. Lo cierto es que el gato aún es un animal cuyo comportamiento no conocemos del todo, al menos no como en el caso del perro.