Conceptos básicos del Lenguaje Corporal
A lo largo de nuestra evolución como primates y siendo seres sociales, hemos necesitado comunicarnos con nuestros semejantes de la única forma posible, mediante el cuerpo. Extrañamente, desde la llegada y perfeccionamiento del lenguaje para expresarlo todo, parecemos habernos olvidado de que ese canal sigue abierto. El cuerpo puede reforzar nuestras palabras si estamos siendo sinceros o contradecirlas si mentimos.
Todos hemos experimentado, cuando alguien nuevo aparece en nuestro entorno, eso que llamamos la primera impresión. Algunas personas nos parecen inseguras, sinceras, honestas, inestables y un largo etcétera. Pero en muchos casos no somos capaces de concretar las razones por las que etiquetamos a la gente con tal o cual adjetivo. A medida que lo conozcamos más en profundidad, esa primera impresión puede convertirse en una certeza o bien puede cambiar completamente.
Si bien nuestra interpretación de las expresiones faciales y corporales puede ser muy efectiva a nivel inconsciente, cuando tratamos de hacerlo de una forma directa, consciente, nos topamos un obstáculo importante, y es que resulta muy complicado establecer un «diccionario no-verbal», debido a la gran cantidad de matices que pueden influir como el entorno familiar y cultural, el estado de ánimo o nuestra misma capacidad para interpretar.
Vamos a tratar de sintetizar un poco las bases de la interpretación del lenguaje no-verbal y más adelante ahondaremos más en cada uno de estos aspectos.
-Las expresiones faciales: En la expresión del rostro, mediante la identificación de los músculos implicados, se pueden identificar las emociones «universales»: felicidad, sorpresa, ira, desprecio, miedo, repugnancia, vergüenza, culpa y tristeza. Curiosamente, estas expresiones (y la capacidad para interpretarlas) son innatas, heredadas geneticamente y pueden ser interpretadas por cualquier ser humano, desde un moderno urbanita hasta los miembros del pueblo Fore, en Papúa Nueva Guinea. Además de esto, existen las llamadas microexpresiones, que son expresiones faciales que duran apenas 1/4 de segundo y que, a ojos bien entrenados (y estudiadas a cámara lenta), pueden desmontar la credibilidad de cualquier discurso. Se podría decir que las microexpresiones escapan a nuestro control.
-La postura: Las posturas, al contrario que la expresión facial, son en su mayoría un producto de la educación, siendo diferente su significado e interpretación en cada sociedad o grupo étnico. En Japón la costumbre es sentarse sobre las pantorrillas, cosa que a los occidentales nos puede parecer tan incómodo como a ellos las sillas. Las posturas también nos pueden dar pistas acerca de las relaciones entre personas (la distancia de uno a otro, la tensión del cuerpo mientras hablen o si se tocan o se evitan) y también de diversos estados de ánimo (inseguridad, irritación o impaciencia entre otros).
-Los movimientos posturales y gestuales:
Se conoce como movimientos posturales a aquellos que van acompañados de todo el cuerpo (alguien que nos saluda agitando la mano y poniéndose de puntillas o alguien que cruza los brazos al tiempo que se echa hacia atrás en actitud defensiva o incómoda). Este acompañamiento del cuerpo refuerza el mensaje, acentuando la emoción o actitud mostrada.
Los movimientos gestuales son aquellos que se ejecutan usando sólo parte del cuerpo (como gesticular mientras hablamos o estrechar las manos). Son muy fluidos y normalmente siguen el ritmo de la conversación y acentúan los puntos importantes de nuestro discurso, además de servir como ayuda visual para expresar volúmenes y formas. Cada cultura posee ademanes propios y característicos, pudiendo coincidir o significar algo completamente diferente para otras culturas.