La casualidad, origen del LSD
Parece mentira, pero el ácido lisérgico más conocido como LSD, de gran consumo durante la década de 1960, fue descubierto por casualidad. El doctor Albert Hofmann, oriundo de Suiza, estaba en plena investigación para lograr una droga farmacológica antidepresiva y los resultados que arrojaron las experiencias no fueron los esperados. Entonces guardó todos los componentes y se olvidó del tema.
Cinco años después volvió a trabajar sobre la sustancia, sin motivo aparente; él mismo contó en distintas entrevistas que le realizaron que durante ese tiempo no pudo sacarse de la cabeza el compuesto. Nunca supo bien porqué.
El punto es que volvió al laboratorio, buscó la sustancia y comenzó con un proceso de cristalización. A medida que avanzaba en el trabajo sentía una mezcla de excitación y mareo que lo obligó a dejar lo que estaba haciendo. No se sentía mal, simplemente no podía concentrarse, se le cruzaban imágenes, colores y sensaciones extrañas pero muy placenteras. Probablemente no había tomado todas las precauciones necesarias y tocó el compuesto en estado puro con los dedos, lo cual le generó el efecto lisérgico correspondiente. Tuvo que irse a su casa en un taxi, apenas podía hablar y reconocer el lugar donde estaba.
Al llegar se tiró en la cama, allí estuvo durante más de cuatro horas, hasta que terminó el viaje químico. Él hablaba de calidoscopios y luces que se movían por toda la habitación.
Hay quienes dicen que un conocido laboratorio de Alemania se enteró de este descubrimiento e inmediatamente prestó su ayuda para sintetizarlo y comercializarlo ilegalmente. Hay pruebas muy fuertes en relación con estas versiones.
Hoffman, que murió a los 102 años, defendió la existencia de esta droga, consideraba que había que llevarla al límite de las investigaciones, porque seguramente allí se encuentre un tratamiento efectivo para hacerle frente a distintas enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia. Tan equivocado no estaba, hay corrientes médicas que están de acuerdo con estas afirmaciones.
El LSD fue utilizado en los últimos años para experiencias con pacientes muy comprometidos, y aunque no se alcanzaron soluciones absolutas, si se percibieron avances y se abrieron nuevas vías de socialización.