El zoótropo, juguete que se adelantó al cine
Hay detalles en la historia que pasan desapercibidos, por eso un trabajo arqueológico sobre los rincones del pasado siempre arroja buenos resultados. Siglos atrás, lograr una imagen en movimiento era casi un acto de magia, incluso el movimiento como concepto fue una durísima polémica entre filósofos de la antigua Grecia. Hasta que llegó el zoótropo, un juguete, inocente, que preludió el cinematógrafo, una de las más grandes revoluciones que definieron al siglo XX.
Este dispositivo mecánico fue inventado por el científico ingles William George Horner (1789-1837). Básicamente, es un cilindro móvil que gira sobre su propio eje, y está trabajado con ranuras a lo largo de toda su superficie. Adentro, permite ubicar una tira de papel con dibujos. Cuando el cilindro gira, y el espectador mira por entre las ranuras, da la sensación que las imágenes se mueven, como una secuencia constante.
Fue una verdadera novedad. Los primeros se fabricaron en metal y madera. Y no sólo los niños los usaban para jugar, también los grandes se divertían. No era para menos, en pleno siglo XIX ver una imagen dinámica era algo absolutamente impactante. La única limitación era que las secuencias se hacían bastante cortas. Hubo un intento de hacer zoótropos más grandes, pero eran imposibles de manejar manualmente.
El zoótropo se adelantó en primera instancia a los dibujos animados. El mecanismo es exactamente el mismo. Aprovecha el efecto óptico de presencia retiniana, sucede cuando se mira algo iluminado: por un momento la silueta se mantiene en la retina. En el caso del zoótropo, las imágenes que se ven por las rendijas tienen más luz y se transforman en fotogramas separados visualmente por la pared del tambor de la máquina. Al hacerlo girar rápidamente, los fotogramas se enlazan en una ilusión cinética.
El mismo principio utilizó el cine, pero con un proceso más complejo, donde intervienen lentes, luces artificiales, una pantalla y una película que reacciona químicamente. El zoótropo sufrió modificaciones desde origen que perfeccionaron su funcionamiento, las más famosas fueron el fenaquisticopio, inventado por Joseph Plateau; el praxinoscopio, desarrollado por Emile Reynaud, y el taumatropo, de John Ayton Paris. Todos distintos, pero inspirados en el modelo zootrópico original.
Hoy está casi olvidado, pero es correcto darle el lugar que merece como primer empujón hacia universo iconocinético actual.
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En el 2011, Ana. Un saludo.