Breve historia del papel higiénico
El papel higiénico es un elemento imprescindible en la actualidad. Hoy en día, sería impensable vivir sin él. Sin embargo, ¿quién, cuándo y dónde se inventó el papel higiénico?
Hay que buscar los precedentes de este utilísimo invento en la antigua Grecia. Los griegos, así como los romanos más ricos, disponían del mejor material por entonces para limpiarse después de ir al lavabo, pues en las letrinas empleaban retales de tela, esponjas empapadas con sal marina o lana de oveja. Sin embargo, no todo el mundo era lo suficientemente pudiente como para permitirse tal lujo, así que los menos adinerados tenían que apañárselas como podían (con frecuencia recurrían a paja, hojas, arena o, en el peor de los casos (y aunque ahora nos parezca vulgar y escatológico), a la propia mano. De hecho, de ahí proviene la costumbre de dar sólo la mano derecha cuando saludamos a otra persona, pues la mano izquierda era la destinada a la limpieza.
En China empleaban hojas fabricadas especialmente para tal efecto. Por su parte, los colonos norteamericanos echaban mano, curiosamente, de mazorcas de maíz. Las conchas marinas y las cortezas de coco eran el instrumento elegido en Hawai por los pertenecientes a estratos sociales más bajos, mientras los más afortunados llevaban a cabo el aseo con paños de algodón y encaje.
El papel higiénico tal y como lo conocemos hoy en día es un invento del siglo XIX. En 1857, el norteamericano Joseph C. Gayetty patentó lo que él llamaba «Papel Medicado Gayetty«, que venían siendo hojas de manila sin blanquear. Sin embargo, aquel fue un estrepitoso fracaso que no supo hacerse un hueco entre las hojas de papel de periódico y los trapos.
Diez años más tarde, los hermanos Edward y Clarence Scott lograron que los habitantes de los EEUU empezasen a emplear el papel higiénico al comercializarlo en pequeños rollos. La empresa pionera en la fabricación de éste artículo fue British Perforated Paper Company.
En la actualidad, el papel higiénico se fabrica, principalmente, a partir de madera de abeto o de pino. Con la celulosa obtenida comienza un proceso de blanqueado hasta conseguir el papel de varias capas.
Foto vía Lo mejor de cada casa