La enfermedad de las vacas locas en los conejos
Primero fueron las vacas locas las que sembraron el pánico y ahora le toca el turno a los «conejos locos«. Hasta hace muy poco tiempo, estos adorables mamíferos se consideraban como uno de los pocos no vulnerables a la exposición e infección por priones, es decir, el agente infeccioso que causó la epidemia de las vacas locas, técnicamente conocido como encefalopatía espongiforme bovina.
En estudios recientes, un grupo de científicos del Centro de Investigación Cooperativa de Bilbao infectaron tejido cerebral de conejo con priones de diversos orígenes para así obtener priones de conejo. A continuación, se decidieron a estudiar en los conejos la infectividad de este producto generado in vitro. Una vez más comprobaron que estos animales presentaban una importante resistencia puesto que, 800 días después, tan sólo un conejo había resultado infectado.
En el último experimento, estos reputados científicos decidieron inocular un prión de conejo sobre dos tipos de animales: ratones y conejos transgénicos. Resultado: en lugar de producir la proteína con capacidad replicativa de ratón, producían una proteína de conejo.
Un año más tarde, se pudo demostrar la eficiente capacidad del prión de conejo para transmitirse dentro de la misma especie.
¿Conclusiones?… Pues en principio no puede decirse que los conejos sean inmunes a este mal, pero sí son altamente resistentes a él puesto que necesitan un enorme periodo de incubación. Por ello, no parece tan probable que se de una pandemia similar a la de las vacas locas.
Una vez más, el debate está en el aire: ¿debemos alimentar al ganado con proteínas de origen animal?… Cada cual que saque sus propias conclusiones. Desde mi humilde posición, sólo recordar aquello de: «de lo que se come, se cría».
Foto vía awic.nal.usda.gov