Comidas extrañas, curiosas, desagradables y a veces peligrosas

Haggis, comidas extrañas

Comer es un placer, dicen, pero en los casos que nos ocupan hoy pueden ser todo lo contrario. Bromas aparte, la gastronomía de muchos lugares puede abarcar comidas extrañas, típicas y propias de culturas distintas a la nuestra y a la que no estamos acostumbrados.

Un ejemplo de ello son los platos de casquería que abundaban durante la Guerra Civil española o el periodo de post-guerra, siendo una verdadera necesidad el aprovechar al máximo al animal o vegetal que se tuviera a mano (si se tenía).

Hoy en día, algunas recetas han permanecido como tradición, aunque personalmente yo ni me acercaría, y eso que me gusta comer de todo, bueno, casi de todo (y ya verán por qué).

Hasta que se produjeron los primeros casos de «vacas locas», en la ciudad de San Luis (en Missouri), estaba muy de moda el «sandwich de sesos«, que hoy se encuentra en menor medida debido a la sensibilidad con la enfermedad (pero no respecto a su aspecto). Los sesos no tienen un sabor muy prominente, así que es necesario acompañarlos de alguna salsa fuerte.

Una de las delicias más famosas de la gastronomía escocesa es el Haggis, nada menos que menudillos de cordero u oveja (en ocasiones también de ciervo) envueltos en el estómago del animal, acompañados de verduras y condimentos. Todo ello hervido antes de llegar a nuestro plato, y luego se sirve acompañado de puré de patatas y colinabo. Otra de los platos estrella de este «ranking de lo apetitoso» son las criadillas de búfalo fritas, que se sirven acompañados de salsa de cóctel, casi a la altura de las gambas (aunque más terrestres).

El pescado japonés conocido como Fugu es altamente tóxico, por lo que para ser consumido sin peligro debe haber sido preparado por un chef experto, aun así hay riesgo de que parte del veneno (muy presente en el hígado y los ovarios) haya quedado en su carne. Afortunadamente, sólo los chefs con una licencia especial pueden manipularlo y venderlo al público.

Éstas son algunas de las que todos conocemos, y que pese a ser lo que son, no nos resultan tan extrañas, pero ahora vamos a ponernos serios, si son de estómago delicado, deberían dejar la la lectura aquí.

Mucha gente considera el queso azul como algo desagradable, ya que se puede apreciar a simple vista la presencia de hongos. El Casu Marzu, es un queso típico de Cerdeña en que se introducen larvas de mosca para fermentarlo y darle ese sabor tan «peculiar» que debe tener (no lo sé ni pienso averiguarlo). Las larvas tienen capacidad para saltar aproximadamente unos 15 cm, así que es recomendable protegerse los ojos al comer este queso.

El Balut, típico de Vietnam, es nada menos que un huevo de gallina o pato que lleva en el interior el embrión a medio formar, y se cuece antes de servir. Se le atribuyen diversas cualidades como ser una importante fuente de proteínas  e incluso se comercia como tonificante, y se suele tomar acompañado de una bebida alcohólica (supongo que para soportar la experiencia).

Por último, pero no menos desagradable a la vista, tenemos una exquisitez coreana llamada Sannakji que consiste nada menos que en un pequeño pulpo troceado mientras está vivo, y que aun se retuerce en el plato (en la película Oldboy, el protagonista se come uno ante la cámara). Es peligroso de comer debido a que sigue vivo, o al menos en parte, y sus ventosas se pueden adherir al paladar o a la garganta, provocándonos asfixia.

No sé a ustedes, pero a mi, tanto hablar de comida me está dando hambre…

Foto vía:turnbullclan

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