Algunos datos sobre los refrescos
Con la llegada del verano se dispara el consumo de bebidas refrescantes, aunque es de justicia decir que sólo el agua quita realmente la sed y los refrescos pueden no ser la mejor opción, debido sobre todo a la composición de muchos de ellos. Recientemente la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) ha realizado un estudio sobre el contenido de las más famosas de estas bebidas. Existe al respecto una normativa para legalizar un refresco de estas características y que sea considerado como tal, desde un límite máximo de alcohol de 0.5% hasta la presencia requerida del anhídrido carbónico, el azúcar los aromas y los extractos de frutas.
En los últimos años se han creado gran cantidad de nuevos sabores, así como de variedades de sabores ya existentes (con o sin cafeína, con o sin azúcar, etc), pero esto no siempre cumple las expectativas o recomendaciones de los expertos en salud.
Podríamos considerar que la mitad del mercado de los refrescos está dominado por los de cola, que a su vez se dividen en sin azúcar y sin cafeína. Mientras que para los refrescos no azucarados es necesario utilizar otro tipo de edulcorantes, los que no contienen cafeína precisan de una mayor cantidad de azúcar. Buena prueba de ello es la Coca-Cola sin cafeína, que contiene cerca de un 11,1% de azúcar en su composición, y en el caso de la Pepsi-Max, su nivel de cafeína es el doble que el de un refresco normal.
Otra de las características de algunos refrescos es que aseguran poseer un determinado porcentaje de zumo, preferentemente de naranja o limón, y las compañías están obligadas a decir que porcentaje de zumo poseen. A pesar de que muchos de ellos efectivamente contienen zumo, otros se elaboran a partir de purés y concentrados, e incluso hay algunos que aunque podamos creer que lo llevan, se crean a partir de aromas y sucedáneos. Pongamos como ejemplo a la bebida Radical (sin gas), que posee un 25% de zumo y un 12% de azúcar o la Fanta Naranja, con la misma cantidad de zumo y aportando más azúcar que cualquier otro refresco con gas. Incluso la Fanta Zero posee un 0,8 de azúcar en su composición pero manteniendo el 25% de zumo.
Por supuesto, el consumo de refrescos ocasional no tiene por qué perjudicarnos, pero si lo que queremos es quitarnos la sed es mejor beber agua y si necesitamos un aporte vitamínico, no hay comparación entre los refrescos y un zumo de frutas natural.