La Carretera de los Huesos y su trágica historia
Cuando la extinta URSS se encontraba en su punto de mayor esplendor, Joseph Stalin ordenó construir una carretera que uniese las ciudades de Magadan y Yakutsk, un trayecto de nada menos de 2.000 kilómetros de distancia. En parte para usarla como comunicación con Siberia y en parte para mantener controlados a sus detractores, fue construida por miles de condenados a trabajos forzados con picos y palas como únicas herramientas.
La Carretera de los Huesos, como es conocida este tramo, cruza parte del Círculo Polar Ártico atravesando algunas de las ciudades más frías del mundo, lugares donde incluso el enterrar a los fallecidos se puede convertir en un problema debido al frío y a los ciclos de congelación del suelo, que lentamente elevan todo lo que se entierre (incluidos los fallecidos sepultados), obligando a sus habitantes a enterrar a sus difuntos en más de una ocasión.
Según cuentan las leyendas acerca de la Carretera de los Huesos, cada uno de sus metros costó una vida al menos, y aquellos que fallecían a causa del tiempo, del hambre o del duro trabajo, eran enterrados bajo el trazado de la carretera. Cualquier viajero que quiera recorrer esta peligrosísima carretera, deberá tener en cuenta que su vehículo pasará sobre las innumerables víctimas que costó.
Además de la leyenda que la rodea, la Carretera de los Huesos está considerada como una de las más peligrosas del mundo por causas naturales, principalmente tras las lluvias estivales, llevando al terreno a convertirse en una auténtico lodazal por el que es una pesadilla avanzar, cuando no imposible. Ya que es el único camino para llegar hasta la ciudad de Yakutsk, es utilizada a diario, teniendo una importante tasa de accidentes incluso entre las personas que la conocen bien.
Foto vía: voanews