El ser vivo más grande del planeta
Si nos preguntan cual es el ser vivo más grande del mundo, la mayoría pensará o bien en los extintos dinosaurios, en las descomunales secuoyas o quizá en los arrecifes de coral, aunque éstos últimos son en realidad una aglomeración de organismos y no un solo individuo. Pues resulta que este puesto lo ostenta un hongo llamado Armillaria Ostoyae (o seta de miel) que fue descubierto de forma accidental, al tratar de averiguar si era por causas naturales la causa de la muerte de grandes grupos de árboles en el estado de Washington.
Cuando los investigadores, dirigidos por Catherine Parks, comenzaron a talar los moribundos árboles observaron que en el interior de éstos había gran cantidad de micelias (filamentos del hongo similares a las raíces, por donde el hongo se alimenta), y al analizar estos filamentos descubrieron para su asombro que todos tenían el mismo perfil genético.
En otras palabras, todas las micelias halladas en una superficie de 1.500 acres (más de 6 kilómetros cuadrados) pertenecían al mismo organismo, una gigantesca Armillaria Ostoyae. Estos filamentos toman su alimento de los árboles a los que parasitan, causando un gran impacto en el medio ambiente al dejar sin nutrientes a los árboles cercanos, siendo los pinos y los abetos los más perjudicados.
Curiosamente, se encontró otra aun mayor en el bosque de Malheur, en las Blue Mountains de Oregón, superando con creces a su predecesora y abarcando una extensión de 2.200 acres (más de 8 km cuadrados) y a la que se atribuye una edad de 2.400 años aproximadamente. Por desgracia este descomunal ejemplar vive y se extiende bajo tierra, por lo que la única forma de poder apreciarlo es esperar al Otoño, cuando su superficie más externa se llena de pequeños hongos dorados, que además son comestibles, aunque quienes las han probado aseguran que su sabor no es de los mejores.