Nomofobia, la enfermedad del siglo XXI
Si eres una de esas personas que no pueden salir de casa sin llevar el móvil encima, aunque sólo sea para ir a comprar a la esquina, si experimentas ansiedad y desazón ante la inminente descarga de la batería o ves con horror como tu cobertura se pierde puedes estar gestando una de las enfermedades del siglo XXI, la dependencia del móvil o nomofobia. Y no sólo se trata de estar localizable y disponible, también se une el que hoy en día se pueda navegar por Internet mediante el teléfono, además de utilizar cualquiera de las redes sociales (Facebook, Twitter, el sistema de mensajería de Whatsapp).
El término nomofobia proviene de la conjunción de «no-mobile-phone phobia», que se puede traducir como fobia o miedo a no tener el móvil, y en un momento en que cerca del 96% de la población (en España) cuenta con uno o varios de estos aparatos (se estima que al menos una cuarta parte posee dos o incluso tres aparatos) es normal que surjan nuevas inquietudes, llegando a convertirse en verdaderos problemas de salud. El término fue propuesto por el Instituto de Demoscopia británico YouGov durante un estudio sobre la ansiedad en los usuarios de estos aparatos.
Con tantas posibilidades como ofrece un teléfono móvil actualmente resulta comprensible que echemos de menos sus prestaciones mientras esperamos el autobús o que nos llegue nuestro turno en alguna cola, pero los afectados por la nomofobia van mucho más allá. Los síntomas del aislamiento digital pasan por la irritabilidad, la sensación de aislamiento y soledad (aunque estemos rodeados de gente), falta de concentración y por supuesto ansiedad ante la imposibilidad de saber en cada momento lo que ocurre en las redes sociales. Y no es de extrañar que esto suceda ya que la media de veces que una persona normal consulta su móvil a diario es de nada menos que 34.
El tratamiento para los afectados por la nomofobia incluye el control de estímulos y una férrea disciplina para poder desengancharse de tales adicciones. Resulta curioso que hace apenas 20 años nadie tenía estos aparatos y el mundo funcionase sin problemas, y hoy el pasar un día sin el móvil nos hace pensar que se acaba el mundo.
Foto vía: TwoWings
Es realmente penoso que nos hayamos convertido en seres que no podemos dejar de estar conectados ni un solo minuto.
Excelente artículo.