La BBC y la cosecha suiza de espaguetis

Broma-espaguetis-BBC

Durante el día 1 de Abril, llamado en los países anglosajones April Fools Day y un equivalente a nuestro Día de los Inocentes (28 de diciembre), la prestigiosa cadena televisiva de Inglaterra BBC decidió gastar una inocente broma a sus televidentes. Una broma que pese a que no fue la única broma multitudinaria que se llevó a cabo si que es de las más recordadas: la cosecha suiza de espaguetis. Pese a que hoy en día nos pueda parecer increíble una historia como la contada por la BBC, lo cierto es que en su día fue tomada por seria por un gran número de personas.

En una edición del programa Panorama, en el año 1957, se emitió un reportaje presentado por Richard Dimbleby y que versaba sobre una familia de granjeros que vivían en el Cantón del Tesino (Suiza). En él se mostraba a la humilde familia de granjeros trabajando en su plantación y recolectando con esmero la cosecha anual de espaguetis, todo ello narrado con la seriedad que caracteriza a la BBC. También se explicaba el proceso de recolección, en el que se tomaban los espaguetis directamente de los árboles.

Durante la entrevista, Dimbledy nos ponía al corriente de que la familia había logrado el «espagueti perfecto» tras un largo y paciente proceso de cultivo y selección, y animaba a los espectadores a intentar cultivar sus propios espaguetis ya que, según decían, los cultivados en casa son mucho mejores por su frescura que los importados desde Italia. Una de las recomendaciones para cultivar en casa era introducir un puñado de espaguetis en una lata de salsa de tomate y «esperar lo mejor».

Hasta aquí todo normal, pero lo que no esperaban los autores de la broma fue la increíble cantidad de cartas y llamadas recibidas, en las que la gente reflejaba tanta confusión como curiosidad por tan extraña noticia, la mayoría sólo por aclarar si se trataba de una inocentada, pero muchos para pedir consejos adicionales sobre el cultivo.

Esta curiosa historia nos plantea una inquietante paradoja sobre la influencia de los medios de comunicación, que incluso ofreciéndonos algo tan fácilmente desmontable (basta con leer el paquete) puede tergiversar la realidad y seguir pareciendo creíble. Una paradoja que nos debería enseñar que hay que tener sentido del humor, pero también sentido crítico para analizar el mundo que nos rodea.

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