El León de la Metro

¿A que lo primero que se os viene a la cabeza es la imagen de comienzo de todas sus películas en la que sale el León de la Metro rugiendo?…
Durante muchos, muchos años ha estado con nosotros película tras película, hasta haberse convertido casi en uno más de la familia cinematográfica que nos ha acompañado desde nuestra pantalla de la televisión. ¡Ay, cuántas sesiones de cine me he llevado con él, y cuántos recuerdos me trae de televisión en casa!
Pero, ¿alguno os habéis planteado alguna vez cuándo apareció por primera vez el León de la Metro?
El primer león de la Metro
El primer rugido de león que oímos en la gran pantalla fue en el año 1928 cuando el cine sonoro comenzó a hacerse popular. Los de la Metro, con buena visión de negocio, decidieron incorporar una imagen icónica asociada a un sonido también muy identificativo, y claro, en lo primero que se pensó fue en el rugido de un felino. Nada más fiero y representativo de la imagen de fortaleza que quería dar una empresa que había nacido apenas cuatro años antes, en 1924, producto de la fusión entre la Metro Picture, la Goldwyn Picture y la Louis B. Mayer Pictures.
Pero aquella idea no era tan original como parecía. Aunque fue Howard Dietz quien incorporó esta idea a la Metro, este combatiente de la Primera Guerra Mundial se basó en la imagen del logotipo de la Universidad de Columbia cuyo slogan, además, era «Ruge, león, ruge».

Slats era el nombre de aquel primer León de la Metro y nació en Sudán, según dicen, de donde se lo trajeron. Aunque otros afirman que se trajo desde el zoo de Dublín. El caso es que tan famoso llegó a hacerse que incluso lo llevaban acompañado por sus cuidadores a los estrenos para que hiciera el paseíllo con los actores y le hicieran sus fotografías como a cualquier otra estrella de cine. Eso sí, desgraciadamente nunca oímos en el cine el rugido de Slats, porque este León de la Metro triunfó desde 1924 a 1928, cuando aun estábamos en la época del cine mudo.
Curiosamente, Slats sobrevivió a un accidente de avión que lo transportaba de Los Ángeles a Nueva York, fletado exclusivamente para él, y en el que no hubo ninguna desgracia. Pero además de aquel accidente salió indemne de dos accidentes ferroviarios más, de un incendio e incluso de unas inundaciones.
El primer León de la Metro al que oímos rugir fue Jackie en 1928, pero murió en 1936.
A Slats y Jackie le sucedieron, entre otros, Tanner y Leo, los dos más internacionales. Y es que aunque Slats se hiciera famoso en el firmamento hollywoodiense y Jackie el primero en rugir, Tanner y Leo fueron los que más publicidad internacional hicieron. La imagen de Tanner se utilizó durante 22 años, pero sobre todo, en aquellos tiempos del technicolor. Leo, por su parte, estuvo ni más ni menos que 57 años en los logos de la Metro.
Desde Slats, cinco leones más le han sucedido. Y es que claro, aunque lo parezcan, no siempre ha sido el mismo león.

Ah, si os preguntáis por Slats, el original, debéis saber que el pobre murió en 1936 y que fue enterrado en Nueva Jersey, en una granja en Gillette propiedad de Volney Phifer, su adiestrador. Al enterrarlo, Phifer plantó un árbol sobre sus restos y hoy allí, bajo sus raíces, yace el gran Slats, preservado ya de forma oficial.