¿Cómo enterraban a brujas y vampiros?

bruja inquisicion

Las brujas han sido, en ciertos periodos de la historia, perseguidas, condenadas y ejecutadas. ¿A quién se consideraba bruja?… En su mayor parte, principalmente a mujeres solteras que se dedicaban a la elaboración de remedios caseros. Mitos y leyendas aparte, en gran parte estas mujeres eran una especie de «parafarmacéuticas», que preparaban ungüentos, medicinas y brebajes para aliviar los males ajenos. Esta práctica de la medicina alternativa supuso la pena de muerte para muchas señoras a las que, por unos motivos o por otros, la sociedad empezó a temer.

No hace mucho tiempo, el esqueleto de una supuesta bruja fue encontrado en Piombino, localidad próxima a Lucca, en la Toscana italiana. Unos arqueólogos que trabajaban en la zona encontraron unos huesos de mujer de unos 800 años de antigüedad. Llamó especialmente la atención que la difunta había sido enterrada con siete clavos en la mandíbula. No había sudario, ni urna. Enterrada como si de una bestia se tratase. Alrededor del esqueleto encontraron más clavos que, presuntamente, habrían sido incrustados en su vestimenta para que, de este modo y según creencias de la época, la bruja no pudiese resucitar  ni seguir así sembrando la semilla del mal en el mundo.

Por otra parte, no muy lejos de allí, se produjo un segundo hallazgo: otro esqueleto, también perteneciente a una mujer, y rodeado de 17 dados. En Italia, el número 17 es portador de mala suerte. Si a esto añadimos que, durante la Edad Media, las mujeres tenían terminantemente prohibido jugar a los dados, así como a otros juegos de azar, resulta verosímil la hipótesis de los arqueólogos, quienes sostienen que lo que habían descubierto era, ni más ni menos, que la escena de un exorcismo.

No estamos hablando de hechos aislados. Parece que Italia fue, en su época, tierra de brujas (y, por lo tanto, de cazadores de brujas). Pero también de vampiros y vampiresas. Hace unos años, en la isla de Lazaretto Nuovo, en la Laguna de Venecia, fueron hallados los restos de una mujer del siglo XVI que había sido enterrada con un ladrillo en la boca. Según crónicas de la época, por entonces la región fue arrasada por una epidemia de peste bubónica.

Evidentemente, la peste se cobró muchas muertos. Si alguno de estos muertos parecía haberse estado comiendo el sudario, inmediatamente, era tachado de vampiro y, según la costumbre medieval regional, sería enterrado mordiendo un ladrillo.

Brujas y vampiros parecen estar sólo en libros de ficción y películas de televisión. Sin embargo, pese a quien pese, forman parte, no sólo del imaginario colectivo de la sociedad, sino de la historia de la humanidad, una humanidad que durante siglos condenó todo aquello que se salía de los parámetros establecidos.

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